Enseñando siempre se aprende mucho, pero este curso, además, estoy confirmando que la enseñanza es un acto comunicativo total. La distribución en el aula y las mascarillas nos aíslan y provocan un silencio atronador. El murmullo y el trajín son consustanciales al hecho educativo. Lo cierto es que lo añoro. Está foto que tomé desde la tarima es de mi clase. Quería compartirlo porque me provoca una sensación extrañísima, no imaginas cuánto.