
O sea que no era populismo vacío como decíamos sus indocumentados detractores.
Resulta que era una absoluta verdad que el Presidente de los Estados Unidos, el Sr. Donald Trump, tenía razón y sabía cómo «Make America Great Again». No padecía un enfermizo egocentrismo infantiloide, como pensábamos desde la ignorancia, sino que es verdad que sabe cómo negociar con los subordinados y que el diálogo y la democracia son cosas del pasado: «Venga a verme a uno de mis varios campos de golf y, mientras juego con usted y toda su delegación de burócratas europeos, limítese a sonreír con cada empellón que les damos yo y mis allegados».
Quizás los Orban, Miley, Abascal et al. tengan razón y la única forma de manejarse en el mundo global sea el modo autoritario. ¡Qué visionario que es Trump, puñetas, qué gran hombre!
Esperemos que solo se quede ahí y no nos exija más; pero de entrada los europeos vamos a comprar a EEUU titantos mil millones en material de guerra y otros titantos mil millones en energía para que nos dejen venderles nuestros productos.
Qué equivocados estábamos los europeos y qué ridículo me siento cuando pienso en los esfuerzos que hago cada día en el aula para intentar explicar que hay modos más colectivos y críticos de pensar el mundo. Hablar de esas cosas frente a la contundencia de los nuevos modos de hacer es… paʼná.
Espero que en su magnanimidad, el Sr. Trump, perdone nuestra infantil insolencia 😔