©/2 Antonio Miguel Nogués Pedregal (2011)
Sóis muchos los estudiantes de último curso que, como tú, a estas alturas del año buscan algún consejo sobre qué hacer el curso que viene o qué posgrado seguir… y el asunto, como está el panorama, no es fácil. Sin embargo, me atreveré a plantearte algunas cuestiones que te pueden ayudar a pensar mejor.
El primer ejercicio que debes hacerte si están pensándote continuar con un posgrado (máxime, considerando el dinero que cuesta) es responder a tres preguntas y, una vez respondidas, hacer un poco de trabajo de campo e investigar. Las tres preguntas son muy sencillas de formular pero muy densas: ¿por qué quiero hacer un máster?, ¿sobre qué quiero saber más? y, muy especialmente, ¿por qué no hacer otra cosa, por ejemplo, aprender idiomas? Las respuestas son personales e intransferibles y, por tanto, tan distintas como diferentes somos las personas, nuestras motivaciones e intereses. Si habiendo reflexionado sobre estas cuestiones, consideras que quieres hacer un posgrado y que los contenidos que te ofrecen te parecen atractivos, y como estamos hablando de un desembolso de dinero que no es moco de pavo, debes dedicar tiempo a averiguar cosas (preguntando e indagando) sobre el/los máster/es que te interese/n. Huelga decir que, para complicar más las cosas, todo tiene sus ventajas e inconvenientes… como siempre.
Sobre el PROFESORADO debes comprobar dos cosas fundamentalmente. Primero, si el profesorado es de la universidad que imparte el master. ¿Por qué? pues sencillamente porque si no son «de la casa» su implicación con el master suele ser menor y, por tanto, es probable que la atención que prestan a la formación individual de los estudiantes no sea la deseable. Este profesorado suele aparecer para dar una o dos conferencias (o seminario intensivo que acaba agotando a todo el mundo) y desaparecen hasta más ver. ¿Por qué están entonces, te preguntarás?, pues muy sencillo se suele recurrir a ellos para darle renombre al master y para cumplir los requisitos académicos mínimos a los que obliga el ministerio para acreditar el título: número de tramos de investigación, publicaciones de impacto, etc… Claro está que si hay profesores de distintas universidades los estudiantes se enriquecen mucho más; aunque, no es menos cierto, y como es lógico, resulta más difícil que te llegues relacionar (hablar y discutir) con ellos tanto como con los profesores a los que sí puedas ver más a menudo
Lo segundo a lo que tienes que prestar tu mayor atención es a la cualificación y experiencia (profesional o investigadora) del profesorado. Exige a la direccion del master que te facilite información detallada sobre los curriculum de los profesores y las asignaturas que imparten. En el caso de profesores españoles y de que te interese un máster de investigación te recomiendo que hagas una búsqueda en la base de datos Dialnet. En esta base de datos de acceso libre están registrados la mayoría de las publicaciones en castellano y podrás comprobar muy rápidamente si han escrito/investigado algo sobre lo que dicen que van a enseñar: ciertamente podrías buscar en otras bases de datos, pero suelen ser de pago e indexan publicaciones en inglés. También es habitual que el master proceda de un antiguo programa de doctorado y, por tanto, que la organización y los contenidos tengan los defectos de aquel sistema: poca coherencia y contenidos diseñados desde la oferta y no desde la demanda; es decir, unos contenidos docentes adecuados a los perfiles y trayectorias de los profesores y no considerando las necesidades de formación de los estudiantes.
La MODALIDAD (presencial / semi-presencial / a distancia) y el horario de clases. Entre los presenciales los hay que tienen clases todos los días laborables y los hay que imparten viernes y sábado en jornadas intensivas. Ambas opciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Si todos los días, te dificulta hacer otra que asistir/atender al master y sus exigencias. Si master de fin de semana, son jornadas muy largas y densas que pueden cansarte y que densifican la información demasiado haciéndolo casi anti-pedagógicos. Pero claro, también te exige un alto grado de maduración por cuanto tú eres responsable de tu tiempo y puedes compatibilizarlo con otras actividades, laborales, por ejemplo. Si optas por un semi-presencial» y, más aún, los a distancia la oferta se te amplía muchísimo, pero entonces debes ser extremadamente exigente con la responsabilidad y disponibilidad del profesorado para con la atención al estudiante (tutorías, seminarios web, vídeo-conferencias…) y la fortaleza técnica de la plataforma informática que sostiene el sistema.
El NÚMERO DE CRÉDITOS (60 créditos/curso/año) es importante sobre todo en relación con el TFM (trabajo fin de master) y lo que tú esperas aprender. Si, por ejemplo, haces un master de 90 créditos y 30 son del TFM, sabrás, que tienes un curso académico de docencia y 30 para dedicarte a la realización (investigación y escritura) del TFM. Si el que eliges es de 60 incluido el TFM, pues sabrás que tendrás que compatibilizar la docencia con la investigación y la escritura del TFM, lo que te lleva a deducir que el TFM que te exigen será de menor densidad que en el primer caso, etc… Esto dependerá, por tanto, de lo que tú esperas del master y, sobre todo, si es investigación o profesional.
La vinculación, adscripción o continuidad en un PROGRAMA DE DOCTORADO. Si aún sabiendo las dificultades que entraña y lo difícil (o casi imposible) que está la carrera académica en la universidad española, has optado por un master de investigación es importantísimo que desde la dirección del master te confirmen por escrito que el programa de doctorado que tengan adscrito cumple con el Real Decreto 99/2011, por el que se regulan las enseñanzas oficiales de doctorado. Cualquier respuesta que sea «de momento no», te debe hacer considerar tu elección porque cualquier otro programa está en extinción.
Buenos como ves… un montón de detallitos que, te aconsejo, tengas muy en cuenta a la hora de elegir.
©/2 es el símbolo de la Ley de compartición de la propiedad intelectual que establece en su artículo primero y único que: «La producción intelectual nace con el propósito de ser compartida y, en consecuencia, puede ser reproducida por cualquier medio siempre que el usufructuario asegure la correcta utilización de la misma, no la comercialice, y mencione su procedencia y autoría».